Pararse ahí… ahí quedó! … y ahí quedaron un sinfín de cosas con el tupido sonido del martillo. Hace ya un año de esto y los capítulos de esta hermandad ya nunca se escribirán con la misma prosa, vamos a protagonizar el inicio de un nuevo capítulo en nuestras vidas, porque nosotros somos Hermandad.
Sin duda, la textura de esta nueva etapa dejará en nuestro buen hacer un sabor distinto, diferente, que nos hará, aún más si cabe, volcar todo nuestro tesón en todo esto que, no es otra cosa que ser lo que queremos ser, y protagonizar una de las levantás más bellas de esta Hermandad.
No todo es bello este año, pues la vida no sería igual de bella sin el calor de una Madre, sin la imagen de esa persona que te cubre las espaldas, La que espera en Santa Ana sintiendo a su hijo pasar.
Por ser pioneros de este nuevo futuro, porque somos tus guardabrisas, encargados de que nunca se apague Tu fuego, por un trabajo sin prisas, por una larga espera, por ver como en ese anochecer por fin se funde tu cera, porque el ruido de un cerrojo y unas velas encendidas, nos dicen por fin que ha llegado tu día, por Ella, por El, porque Hermandad no solo es lo que lo que un Martes Santo se ve… Todos por igual… A esta es!
Feliz Martes Santo a todos.