Como preparación para el 4 de octubre, día grande de los actos centrales conmemorativos de nuestro 150 Aniversario Fundacional, desde el día de ayer y hasta el próximo viernes se celebra en la Basílica de Santa María un Solemne Quinario en honor de Nuestro Padre Jesús de la Caída.
Para esta ocasión, única y tan especial, el equipo de priostía ha preparado un altar efímero en el presbiterio de la Basílica de Santa María, desde donde Nuestro Titular pueda presidir, con la solemnidad que merece, este inolvidable acto.
El altar, que consta de tres alturas, nos muestra al Señor de la Caída sobre peana de plata y escoltado por dos ángeles portando un sudario y un rosario, en un claro gesto hacia nuestra Titular, María Santísima del Rosario. Completan el altar 40 puntos de luz y un exorno floral a base de clavel rojo, dispuesto en piñas cónicas. Nuestro Padre Jesús de la Caída luce, como así lo hiciera durante el traslado, la túnica bordada de principios del s. XX.
De esta forma tan espectacular podremos contemplar al Caído de San José en el templo más importante de nuestra ciudad durante la celebración del Quinario en su honor, que finalizará en la tarde-noche del viernes día 3 de octubre.
Este altar se ha hecho posible gracias a la generosidad y colaboración de otras hermandades, tanto de nuestra ciudad como de otras localidades. Así, la peana sobre la que descansa Nuestro Padre Jesús de la Caída es sobre la que procesiona María Stma. de la Amargura cada Domingo de Ramos.
Los ángeles que escoltan al Señor han sido cedidos por la Dolorosa. Uno de ellos porta un sudario del propio ajuar de la Virgen de los Dolores.
Las jarras y violeteras que portan el exorno floral pertenecen al palio de María Santísima de la Esperanza, de la ilicitana Hermandad de la Flagelación y Gloria.
La cruz que porta el Señor, ha sido cedida por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza Coronada de Alicante.
Por último, el dosel que enmarca todo el conjunto es propiedad de la Hermandad de la Sagrada Lanzada de nuestra ciudad.
Sirvan estas líneas como agradecimiento por la colaboración desinteresada de estas hermandades, que han hecho posible que Nuestro Padre Jesús de la Caída tenga un altar a la altura de la efeméride que celebramos estos días.