Es un hecho sin discusión que “La Caída” y sus tambores forman una simbiosis tan perfecta que no es posible nombrar a una sin pensar en la otra. Así pues, cualquier ilicitano asume este hecho con naturalidad. Sin embargo hay gente foránea a la que le resulta curioso e incluso extraño la unión tan íntima que existe entre dos elementos tan diferentes como es un Paso de Semana Santa y su banda de tambores. La respuesta a esta situación es sencilla de comprender y existen múltiples razones que explican por que “La Caída” y los tambores sean almas gemelas.
En Elche, todas las cofradías eran acompañadas por bandas de cornetas y tambores o bandas de música. La Caída era el único paso que solo llevaba tambores y una corneta. Los tambores reproducen un ritmo muy antiguo de origen incierto, peculiar y diferente, que seguía la cadencia del «jo l`he vist passar carregat amb una creu…«. La corneta emitía una simple escala musical para iniciar el cortejo y anunciar la llegada del Cristo.
Hay personas que, a pesar de que las notas son las mismas que las de antaño, aseguran que el toque sonaba distinto. Entonces, ¿por qué hoy se produce esta sensación auditiva cuando escuchamos a los tambores? Hay muchos condicionantes que pueden provocarlo, por ejemplo: el mayor número de tambores hace que la coordinación entre ellos no sea tan perfecta como cuando eran menos, el material también influye poderosamente en el sonido emitido ya que no es igual una piel que una fibra de plástico.
Otro acontecimiento que marcó la unión entre los tambores y el cristo se remonta aproximadamente a los años 50, cuando el Paso volvía desde Santa María a la iglesia de San José. Cerca de la iglesia, en la pequeña cuesta de la actual Plaza de los Reyes católicos, el entramado de madera que llevaba las imágenes se partió y la banda, dejando a un lado sus tambores acudió a sostenerlo y, con gran esfuerzo, continuó el traslado hasta la iglesia. De este hecho surge la costumbre de que los tambores acompañen al Cristo en todos los actos de la Cofradía. Si existiera un lema que definiera a los tambores, éste podría muy bien ser ¡Jamás lo dejan Solo!
En la actualidad, la banda de tambores está formada por unos 30 componentes aproximadamente y dentro de la procesión se sitúa abriendo el cortejo acompañando a la Cruz de Guía, la cual anuncia cada Martes Santo desde la lejanía la llegada de los nazarenos con sus túnicas negras ribeteadas en rojo que acompaña a Jesús en su Caída y a su Madre del Rosario.